14 SEP 2023
La secretaria general de la FLM presenta las prioridades y los avances realizados ante las delegadas y los delegados de la Asamblea en Cracovia
(LWI) - “La vitalidad de una iglesia no se mide por el número de miembros que tiene, sino por su compromiso y voluntad de servir a Dios y al prójimo, y por su disposición de predicar con el ejemplo”. En su discurso ante las personas de todo el mundo que participan en la Decimotercera Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM) en Cracovia (Polonia), la secretaria general, Rev. Dra. Anne Burghardt, expuso los progresos y prioridades de la comunión mundial de iglesias.
En su intervención, que tuvo lugar el segundo día de esta Asamblea celebrada del 13 al 19 de septiembre, hizo un repaso del camino recorrido por la FLM desde la última Asamblea, celebrada en Windhoek (Namibia) en 2017, hasta esta Decimotercera Asamblea en Cracovia.
“La comunión y la unidad son dones de Dios”, subrayó, “y nuestra tarea es mantenerlas y alimentarlas, haciéndolas cada vez más visibles”.
El entendimiento de ser iglesias en la comunión se puso de manifiesto durante la pandemia de la COVID-19. Las iglesias miembro de la FLM se reunieron en oración, solidaridad y acción. Gracias al apoyo de la comunidad de iglesias miembro, la FLM pudo financiar 181 proyectos relacionados con la COVID-19 en 87 iglesias miembro mediate un nuevo Fondo de Respuesta Rápida (FRR). Señaló que el FRR “demostró ser un recurso de gran utilidad para responder rápidamente a las necesidades más acuciantes de las iglesias”.
Destacó cómo programas como el Retiro anual de líderes recién elegidos (RoNEL, por su sigla en inglés) de la FLM y el Seminario de líderes laicos han sido espacios importantes para conectar a los líderes de las iglesias de toda la comunión mundial.
La secretaria general apuntó que, desde la última Asamblea de la FLM, se esperaba que el consenso internacional en relación con la Agenda 2030 (ONU) se tradujera en mejores condiciones de vida para las personas y las comunidades vulnerables.
No obstante, desde la pandemia de la COVID-19, ha habido un aumento de la desigualdad y un “fuerte retroceso de los derechos humanos y, en particular, de los derechos de las mujeres”, y la ONU ha informado de un aumento del 40% de la violencia de género en todo el mundo. Más recientemente, “los conflictos y las guerras en distintos países como Ucrania, Haití, Sudán y Etiopía, han obligado a millones de personas a huir en busca de seguridad”, y el número de personas desplazadas forzosamente ha superado los 100 millones por primera vez en la historia.
La dirigente de la FLM señaló que el mundo secular ha ido tomando cada vez más conciencia de la necesidad de colaborar más estrechamente con las organizaciones religiosas. En relación con los desafíos contemporáneos, como la creciente crisis climática y “la erosión de la cohesión social y la polarización de la sociedad”, afirmó que la buena noticia es que las iglesias a menudo desempeñan un papel importante en la respuesta a ellos. “Las iglesias”, añadió, “están llamadas a ser mensajeras de esperanza, no de un optimismo ingenuo”.
La Rev. Dra. Burghardt señaló que, en un contexto en el que las personas tienden a sentirse inseguras y a buscar “respuestas sencillas (y a menudo simplistas) a cuestiones complejas”, se ha producido un alarmante aumento de la forma en que “se está nutriendo el miedo en el discurso público”. Afirmó que, aunque la Biblia nos dice que “el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18), “con demasiada frecuencia también funciona al revés: el miedo tiende a expulsar el amor hacia nuestros semejantes y, por ende, hacia Dios”.
Haciendo referencia a los contextos regionales de la FLM, la secretaria general afirmó: “a veces podemos sentir que nos enfrentamos a situaciones insuperables”. Sin embargo, en comunión, “Dios abre caminos nuevos y apasionantes, reuniéndonos, aunando recursos y logrando lo que podría parecer imposible: transformar la desesperación en esperanza”.
Recorrido de Windhoek a Cracovia
La secretaria general compartió los aspectos más destacados de la labor de la FLM en los últimos seis años, señalando que cinco iglesias (de Cuba, India, Guatemala, Ucrania y Georgia) se han unido a la comunión, mientras que otras dos (de Camboya e Indonesia) han iniciado un período provisional de dos años previo a la plena adhesión. Subrayó que uno de los objetivos de la FLM desde su fundación ha sido “acercar a las iglesias luteranas para fortalecer su misión conjunta”.
Además, expresó su agradecimiento a las numerosas personas que participan en calidad de invitadas ecuménicas en la Asamblea, y señaló que el último día se celebrará una mesa redonda sobre el diálogo y el testimonio conjunto, y se presentará una “Palabra Común” preparada con líderes de la Iglesia Católica Romana. Reiteró que la identidad luterana es una identidad ecuménica, y que el objetivo de la unidad cristiana “no es sólo la unidad doctrinal, sino también la unidad en el servicio y en la oración”.
Educación y formación teológicas
La Rev. Dra. Burghardt destacó la necesidad de seguir reforzando la educación teológica en toda la comunión. Hizo referencia al lanzamiento de la red de Educación y Formación Teológica de la FLM en 2018, así como al proceso de identidades luteranas en curso y a los planes para desarrollar un currículo global en línea sobre teología luterana. Habló de la labor esencial de afirmar la igual dignidad de la mujer, particularmente en el ministerio ordenado, subrayando que “como comunión mundial, debemos abordar las causas profundas del hecho de que se cuestione el papel de liderazgo de la mujer en las iglesias y en las sociedades en general”.
Afirmó que el liderazgo juvenil es otra prioridad para la FLM, señalando el papel primordial que desempeña la juventud en las iglesias miembro, especialmente en la construcción de la paz y en el trabajo por la justicia climática. Lamentó que, aunque la FLM introdujo una cuota del 20% de jóvenes hace varias décadas, “en algunas regiones todavía hay dificultades para conseguir suficientes personas jóvenes como delegados y delegadas de la Asamblea”. “Debemos esforzarnos más”, afirmó.
Dignidad humana, justicia y paz
La dirigente de la FLM también pasó revista a los principales progresos realizados en la promoción de la dignidad humana, la justicia y la paz mediante la defensa de causas, así como la labor humanitaria y de desarrollo. Destacó la nueva unidad de Acción por la Justicia, creada en la Oficina de la Comunión de Ginebra en 2020 para articular mejor el trabajo de las iglesias miembro con el departamento de Servicio Mundial de la FLM, que es “uno de los mayores actores humanitarios religiosos del mundo”, con más de 8500 miembros del personal que prestan sus servicios a más de tres millones de personas refugiadas y desplazadas.
La Rev. Dra. Burghardt dio las gracias a su predecesor, el Rev. Dr. Martin Junge, que dirigió la FLM durante más de una década, así como al personal, los miembros del Consejo, los asociados y los organismos relacionados que apoyan y guían la labor de la comunión mundial de iglesias.