La Decimotercera Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM), reunida en la ciudad de Cracovia, Polonia, es plenamente consciente de la guerra en curso en Ucrania, uno de sus países vecinos.
La Asamblea de la FLM condena el ataque brutal de la Federación de Rusia contra Ucrania que es contrario al derecho internacional. Nos consterna el poder destructivo que el agresor está ejerciendo para lograr sus objetivos imperiales.
Miles de hombres, mujeres, niñas y niños han perdido la vida y muchas más personas sufren física y mentalmente por los horrores de la guerra. Ciudades, municipios y pueblos son hoy inhabitables, los daños ambientales son incalculables y subsanarlos llevará décadas. Una vez más, la violencia sexual contra mujeres, niñas, niños y hombres se ha convertido en arma de guerra. Además, esta guerra no solo tiene una dimensión local, sino también un impacto mundial porque la conduce una superpotencia nuclear y las consecuencias para la seguridad económica y alimentaria son enormes para mucha gente en todas partes del mundo.
Condenamos enérgicamente la ideología imperialista que utiliza el agresor para justificar su ataque. Nos oponemos a toda actitud que considera que algunos Estados tienen derecho a incluir a otros en sus “esferas de influencia”, ya sea en África, América Central, Asia, Sudamérica o Europa Oriental. Nos horroriza el hecho de que algunas personas cristianas adopten dicha ideología y el uso indebido de su autoridad para justificar tal agresión.
Una vez más, se cierne una amenaza existencial de guerra nuclear. Nos alarman las intimidaciones a las que recurren representantes del gobierno de la Federación de Rusia, teniendo presente que, en este caso, no hay “dos partes beligerantes en la escalada del conflicto”, sino solo un agresor que amenaza y una víctima.
Por consiguiente, pedimos a las iglesias miembro de la FLM que continúen a orar por la paz, no solo por un cese el fuego, sino por una paz que sea justa. Recordamos la Declaración sobre paz y justicia de la Asamblea de la FLM celebrada en 1984, en Budapest, Hungría. También pedimos a las iglesias miembro de la FLM que incluyan en sus oraciones a las personas que viven en Rusia y Belarús que son perseguidas por sus posiciones contra la guerra y el imperialismo. Solo puede haber paz si todos los países vecinos, Ucrania, Belarús y Rusia, además de ser libres y democráticos, respetan los derechos humanos.
Nos solidarizamos con todas las personas que sufren por la guerra, al igual que nuestras hermanas y nuestros hermanos de la Iglesia Evangélica Luterana Alemana de Ucrania. Apoyamos a las iglesias miembro de la FLM que están ayudando al pueblo de Ucrania y que han abierto su corazón a todas aquellas personas que tuvieron que huir de la guerra, sin olvidar a las personas refugiadas de otras partes del mundo.
Al mismo tiempo, tampoco olvidamos el enorme sufrimiento causado por guerras y conflictos armados en el resto del mundo. Los mismos mecanismos del mal operan allí como en el caso de la guerra contra Ucrania. Por lo tanto, nosotras y nosotros, en cuanto Asamblea de la FLM, nos solidarizamos con las víctimas de todos los conflictos armados del mundo y oramos por ellas.
La Asamblea de la FLM exhorta a:
- Rusia a poner fin a la guerra contra Ucrania y a cesar de utilizar las cadenas de suministro de alimentos como armas de guerra, especialmente en lo que se refiere a los países del Sur Global;
- La comunidad internacional a invertir más en el desarrollo y el apoyo de medios justos y pacíficos, incluida la mediación, para prevenir y superar conflictos armados;
- La comunidad internacional a hacer esfuerzos más audaces para abordar los conflictos armados y las crisis en otras partes del mundo, esfuerzos que incluyan la acción concertada de ayuda humanitaria y los procesos de construcción de la paz;
- Las iglesias miembro de la FLM a orar y trabajar por la paz y la justicia en todas las comunidades, las regiones y el mundo entero.